miércoles, julio 31, 2019

La vida en el Mictlán


En el Mictlán, las sombras celebran el Día de Muertos disfrazándose de lo que eran cuando caminaban por la tierra. Todos olvidan que no son más que suspiros, plumas negras desprendidas de un ala gigante. El soldado se viste de soldado, el viejo borracho de viejo borracho, la suicida de suicida y el niño que se cayó de la azotea se viste de niño que se cayó de la azotea. Algunos se niegan a jugar porque preferirían olvidarse de todo, pero los demás los obligan. Uno no puede jugar a que lo matan si el asesino no quiere ser asesino. La verdad es que la fiesta siempre termina con pleitos, llantos y recriminaciones. Sí, los muertos nunca acaban de enterrar a sus muertos.

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